Decir Total War es decir estrategia con mayúsculas, y lleva siendo una definición generosa del género desde que el estudio británico hace más de una década lanzó el primer Shogun: Total War. Desde entonces ha venido cultivando los RTS con innumerables títulos de calidad, y siempre con la genial premisa de ofrecer a los aficionados una forma de entender la estrategia marcada por la libertad total y la ausencia de corta pisas de tipo narrativo.
Es obvio que los videojuegos de la saga eran mejores cuando Creative Assembly se "tomaba con más calma" sus desarrollos, una época en la que veíamos espacios de dos años entre Shogun, Medieval, Rome y Medieval II, y que llegaba a un margen de tres años para consolidar el maravilloso Empire: El mejor título de las series según la opinión de la revista, y denostado con crudeza entre ciertos círculos por ocasionales problemas de pulido en su acabado. Ahora los tiempos cambian, y la obligación de obtener réditos económicos más fuertes para cubrir los enormes gastos de desarrollo de un título para los PCs de nueva generación, obligan al estudio británico a haber lanzado en sólo tres años: Empire: Total War, Empire: Total War - Warpath, Napoleon: Total War y, ahora, este Total War: Shogun 2.
Shogun 2 trae de vuelta a nuestros PCs todo el misticismo del arte de la guerra oriental. Un país exótico por explorar y en el que luchar.
Así pues resulta obvio que en el título que nos ocupa faltan novedades, sin embargo el cambio de prisma hacia
un corte más minimalista contrasta con la épica forma de entender la megalomanía que mostró en su momento Empire. ¿Es un paso atrás? En absoluto, más pequeño no significa peor, y pese a que se observan algunas limitaciones en la campaña individual con motivo de este cambio, ésta es una manera de añadir frescura y aire renovado a una fórmula que con tantas entregas a sus espaldas podría comenzar a mostrar firmes síntomas de agotamiento.
Sol Naciente
En Shogun 2 seguiremos a rajatabla los pilares de las series Total War. A saber: fortaleza de campaña individual basada en la gestión por turnos de una facción y el combate en tiempo real para sus batallas, todo ello apoyado con un notable multijugador. En esta ocasión controlaremos a alguno de los grandes clanes nipones del siglo XVI que se enfrentaban entre sí por el poder en el agitado Japón de la época, con la gestión a nuestro mando no sólo de ejércitos y agentes, sino también de todos los elementos de la estrategia civil que han caracterizado a la saga (impuestos, construcciones, infraestructuras...).
Los diferentes clanes que podremos escoger para la campaña individual se dividen en nueve. Todos ellos con sus premisas, objetivos y fortalezas.
¿El objetivo final? Convertirnos en el Shogun con la captura y el control de
Kioto, tras la
Guerra de Onin que dejó el país arrasado y que sirve como contexto previo para los acontecimientos que se desarrollan en la campaña. Así pues deberemos escoger uno de los
nueve clanes, a elegir entre Chosokabe, Shimazu, Date, Hojo, Mori, Oda, Takeda, Tokugawa y Uesugi. Las condiciones de victoria con cada uno de los clanes son diferentes, aunque todas ellas incluyen la conquista de Kioto y la ocupación de 25 provincias del mapa en la campaña corta, 40 en la campaña larga y 60 en la de dominación; regiones que van cambiando en función de la facción seleccionada.
Cada uno de los pueblos tiene su punto de partida en el mapa y también sus fortalezas y debilidades, y los abanicos de fechas de principio/final de las campañas son de entre 30 y 50 años, lo que significa que éstas cubren menos tiempo que en entregas anteriores. En Shogun II en lugar de dividirse en años o semestres, los turnos recuperan el sistema de las estaciones que ya habíamos visto en su momento en algunas entregas precedentes, y que agrupa en cada turno tres meses de tiempo para dividir los 365 días en cuatro turnos bien diferenciados incluso por sus condiciones climatológicas. Incluso así el videojuego es netamente más breve que otros títulos de la saga en la línea de lo que nos puede durar cada campaña, aunque como adelantaremos más adelante aquí se busca como propuesta el que el usuario opte por probar cuantas más facciones mejor.
En Shogun 2 debuta la Enciclopedia, un sistema que apoya la labor de los consejeros y que explica todo lo relacionado con el juego y con la cultura oriental.
Así pues, y como los veteranos de Total War ya sabrán, la experiencia se dividirá a partir de entonces en el
mapa por turnos en 2D en el que pasaremos la mayor parte del tiempo, y en el renderizado 3D en
tiempo real para las batallas en las que dirigiremos los destinos de nuestros ejércitos. En el primer lugar contemplamos el mapeado de Japón dividido en regiones y en el que desplazamos nuestras tropas, gestionamos nuestros recursos o edificamos instalaciones para nuestras ciudades. En las batallas sólo contamos con el componente táctico del juego, dirigiendo los destinos de nuestros hombres directamente sobre el campo de batalla ya en tiempo real y sin el corsé de los turnos.
Por supuesto las Batallas Históricas vuelven a ser un punto fuerte en cuanto a las opciones de juego off-line de cara al usuario y que complementan a la Campaña Individual. Ejemplos como el enfrentamiento naval de Kizagawaguchi de 1578 o las batallas terrestres de Sekigahara en 1600, o la de Kawanakajima, son sólo algunos de los ejemplos de estos combates reales del pasado que podemos reproducir en nuestros PCs gracias a Creative Assembly en formato de escaramuzas rápidas.
Las Batallas Personalizadas, en última instancia, son la tercera vía de disfrute del programa. Aquí podemos fijar nuestras propias condiciones de batalla, escogiendo el clan a manejar, los posibles acompañantes encarnados por la IA -hasta tres más a parte de nosotros- y también el número de ejércitos a los que plantar cara -cuatro-. Batalla naval, de asedio o terrestre, nuestras tropas definidas con precisión, la elección de mapa entre los 11 disponibles y otras características como la dificultad de la batalla o sus condiciones